El análisis del mes de abril ha sido un mes negativo en bolsa y bonos. El S&P 500 cayó en el mes
un -4,16%, mientras que el Euro Stoxx 50 se dejó un -3,19% y el Ibex 35 un -1,99%.
La renta fija, en abril ha caído en precio (y subido en rentabilidad). El bono a 10 años en Estados
Unidos pasó de una rentabilidad del +4,20% al +4,68%. El bono alemán de una rentabilidad en
marzo del +2,30% pasa a tener un retorno del +2,58% en abril.
Las razones de estas caídas son triples. Por un lado, es normal (incluso positivo) que los
mercados se tomen un respiro. Las revalorizaciones en los últimos doce meses son muy
elevadas. Por ejemplo, el S&P 500 de abril 2023 a abril 2024 ha subido un +22,54%.
En segundo lugar, la geopolítica ha estado presente durante abril. Israel e Irán han protagonizado ataques que, aunque son de baja intensidad, sí ponen al mercado en alerta de la
situación en Oriente Medio.
En tercer lugar, la inflación, sobre todo en Estados Unidos, no acaba de llegar al objetivo del
+2%, incluso estamos asistiendo a una leve aceleración del ritmo de crecimiento de los precios.
La situación inflacionista ha provocado que la Reserva Federal no bajase tipos oficiales en mayo.
El mercado está en una situación similar al “higher for longer” de final de 2023, es decir, piensa
que van a existir tipos altos por más tiempo. A pesar de ello, el BCE es independiente de la
Reserva Federal, y muy probablemente recorte tipos en junio.
Es evidente que los mercados de renta variable no presentan la misma oportunidad que hace
un año, dado que las valoraciones son mayores, sin embargo, no creemos que estos recortes
sean el inicio de una tendencia bajista.
Es importante destacar que la economía cada vez parece más alejada de la recesión y, en
cualquier caso, escenarios muy negativos (como el de estanflación, es decir, recesión e inflación)
parecen descartados. Adicionalmente, los resultados de las compañías, que en el fondo es lo
que más importa, están siendo muy sólidos. Aún no conocemos todos los resultados del primer
trimestre de 2024, pero de las que han publicado (que son la mayoría) en el S&P 500 alrededor
del 80% de las empresas han batido expectativas de beneficios. De nuevo, la buena marcha de
las empresas da soporte a los mercados.
En cuanto a la renta fija, pensamos que los tipos actuales son atractivos para construir una
cartera con algo más de duración (bonos con mayor vencimiento). A pesar del riesgo de retraso
en las bajadas de tipos, la tendencia hacia una política monetaria más laxa es muy evidente.
En el medio plazo, el tomar posiciones en bonos debería dar sus frutos.
Obviamente el entorno actual tiene incertidumbres, empezando por la geopolítica y siguiendo
por la resistencia de la inflación. Es por ello, por lo que pensamos que es necesario carteras
diversificadas con cierta flexibilidad de actuación ante diferentes entornos de mercado.
Nuestra recomendación en estos momentos, apoyándonos en la exposición anterior, seria
productos de RENTA FIJA con todavía atractiva rentabilidad, como:
– Producto Garantizado con tipos de interés de hasta el 2,70% para el primer año.
– Fondos de Inversión DINERARIOS o RENTA FIJA con hasta un 70% de su cartera.
– Plan de Pensiones en modalidad PPA (con rentabilidad asegurada, en el
momento de la jubilación) o PPI MODERADO.
Quedamos a su disposición para ampliar información sobre estos o cualquier otra modalidad de
ahorro/inversión.